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En la actualidad, la mayoría de las edificaciones que se construyen están dotados de una o varias plantas bajo rasante, en continuo contacto con la humedad del terreno, hecho que se ve agravado cuando están situados por encima de nivel freátrico. Debido a ello, estos muros deben ser proyectados para prevenir la posible filtración de agua o la aparición de manchas de humedad.
Descripción

En la actualidad, la mayoría de las edificaciones que se construyen están dotados de una o varias plantas bajo rasante, en continuo contacto con la humedad del terreno, hecho que se ve agravado cuando están situados por encima de nivel freátrico. Debido a ello, estos muros deben ser proyectados para prevenir la posible filtración de agua o la aparición de manchas de humedad.

Para poder mitigar tales efectos, debe tenerse en cuenta el diseño del muro desde dos aspectos fundamentales:

  • La previsión de un drenaje capaz de que evacuar el flujo de agua, ya sea proveniente del nivel freático, aguas subterráneas o simplemente aguas de lluvia.
  • Contemplar las medidas necesarias a tomar para conferir un carácter hidrofugante al muro.

¿Cuál es su origen?

Comencemos por distinguir los diferentes tipos de humedades atendiendo a las causas de su aparición:

  1. Humedades por capilaridad:

Son aquellas que se manifiestan en aquellos materiales debido a su estructura porosa y tubular. Ocurre prácticamente en la totalidad de los muros de sótano, pues están ejecutados con hormigón. Por efecto de la tensión superficial y las paredes de los conductos capilares da lugar a la circulación desde un determinado punto del elemento que esté en contacto con el agua. Así, la velocidad de absorción de agua por los capilares es directamente proporcional al diámetro de los mismos e inversamente proporcional a la ascensión por ellos, tal como se muestra en el siguiente cuadro:

Cuando el diámetro capilar está por debajo de las 0.01 micras, la ascensión es casi nula lo que se lograría empleando un hormigón con una relación agua/cemento de 0,5. Las causas de estas humedades pueden ser muy variadas, entre las más habituales se encuentran:

– El arranque de los muros de contención en contacto con el nivel freático o por debajo del estrato impermeable.

 Causas accidentales como las roturas de tuberías de suministros de agua o saneamiento.

 La presencia de sales favorece el proceso patológico, ya que estas penetran en los poros y oquedades del hormigón en el ciclo ascenso y descenso de las aguas. Cristalizan y producen tensiones que acaban por disgregar el muro. Este tipo de humedades se caracterizan por aparecer en franjas horizontales continuas en la parte inferior de los muros, acentuándose en las zonas medias.

2. Humedad por filtración:

Es aquella que se produce por la entrada de agua a través de oquedades, encuentros o puntos singulares y que normalmente da lugar a manchas. Se deberá prestar especial atención a los encuentros del muro de sótano con la solera y el forjado superior, así como a las juntas de dilatación y paso de instalaciones.

3. Humedades por condensación: 

Se dan como consecuencia de la existencia de un problema térmico y una alta humedad relativa. Se produce cuando la temperatura en la superficie del muro es igual o inferior al punto de rocío del terreno con el que está en contacto. La aparición de este tipo de humedad suele ir asociada a humedades de filtración o capilaridad que ven agravado sus efectos por una mala ventilación. Este tipo de humedades se presentan como manchas superficiales que a menudo vienen acompañas de formaciones de hongos y microorganismos.

4. Humedades accidentales:

Son las originadas por causa fortuita o coyuntural, como lo puede ser la rotura de una red de saneamiento debido a movimientos de la estructura.


¿Cómo prevenir y reparar los daños?

Como se anunció en la introducción, la prevención de las humedades se trata desde dos frentes:

  • Ejecución de un drenaje.
  • Impermeabilización de la superficie del muro.

A. Sistemas de drenaje

Su funcionamiento consiste en la captación de agua contenida en el terreno, a través del material filtrante, para canalizarla y evacuarla antes de que llegue a estar en contacto directo con los muros. El drenaje estará compuesto por un tubo perforado para la captación de agua que recogerá y canalizará la misma hasta la red de saneamiento. Este suele estar rodeado por un filtro geotextil para retener la entrada de finos, y sobre este, se rellena la zanja perimetral con material granular no seleccionado y permeable, sellando finalmente con una capa de arcillas que oscile entre 10-15 cms. El tubo dren deberá tener pendiente constante y los cambios de dirección se resolverán con arquetas, algunas de las cuales deberán de ser registrables.

Entre los sistemas de drenaje más utilizados, distinguiremos:

  1. Drenaje tradicional: Se dispone en la base del muro y por debajo del nivel de solera e inmediatamente por encima del plano de asiento de cimentación.  Una tubería porosa sobre una capa de mortero u hormigón y rellenar con material filtrante.
  2. Drenaje mediante bloques de hormigón poroso: Consiste en la ejecución de una pantalla paralela adosada a la cara exterior del muro, construida con bloques de hormigón poroso sin finos. Rellenar con arena limpia la zanja para conseguir la ventilación del terreno a no ser que el terreno ya sea de por si lo suficientemente poroso.
  3. Drenaje mediante el empleo de geocompuestos: Se fundamenta en la combinación de geotextiles o tejidos no tejidos con otros materiales de síntesis para formar elementos laminares o empanelados gofrados termoformados.

B. Sistemas de impermeabilización

Desde el punto de vista de la durabilidad de sus componentes, la forma más eficaz es, proteger los muros por su cara exterior. Es indispensable que su cara exterior sea accesible durante la ejecución. La impermeabilización se consigue mediante la aplicación de membranas. Podrán ir adheridas al soporte, adheridas y fijadas mecánicamente o flotantes con fijaciones mecánicas.

Dentro de estos sistemas debemos distinguir diferentes soluciones:

Por su constitución:

  • Laminas, paneles o placas prefabricadas.
  • Membranas hechas in situ.

Por su naturaleza química:

  • Bituminosas (LO y LBM-SBS o APP).
  • De materiales plásticos (PVC, PEC, HDPE).
  • Minerales, inorgánicos (Bentonitas expansivas).